Señor Director:

Mucho se habla de las mejoras que debemos hacer a nuestro actual sistema educacional, de lo cual no puedo estar más de acuerdo; sin embargo, siento que aun con todas las deficiencias que muestra el actual sistema, nos obnubilamos con lo que podría ser uno mejor, sin ver -o querer ver- lo que actualmente tenemos.

En mi caso particular, cursé la mayor parte de mi enseñanza básica en un liceo en Copiapó, y la terminé en el Internado Nacional Barros Arana, en Santiago. La enseñanza media la realicé en el Instituto Nacional; es decir, tuve una educación primaria y secundaria absolutamente gratis.

Luego postulé a la carrera de Ingeniería Comercial en la Universidad de Chile, la cual pude cursar -dada la precaria situación económica de mis padres en ese momento- gracias a un crédito fiscal del 100% del arancel y de las matrículas, que pagué diez años después de terminada la carrera.

No tuve ningún pariente ni amigo ligado a los gobiernos de turno, es decir, postulé a cada institución que nombré como cualquier "hijo de vecino".

Digo todo lo anterior, porque soy un agradecido del sistema educacional de este país. Casos como el mío son miles, y todos queremos que sean ojalá millones, y también con una mayor inclusión, pero no desconozcamos que si una persona hoy en nuestro país tiene la intención de estudiar gratis, lo puede hacer perfectamente, la "educación gratuita" a diferencia de como se entiende, no se regala, sino que más bien -con algo de esfuerzo y mucha voluntad- se puede ganar.

Gerardo Cood Sch.