Señor Director:
Respecto de
la carta enviada por el senador Antonio Horvath Kiss, la cual responde a nuestra columna
"Servicios Penitenciarios y Derechos Humanos", nos permitimos señalar lo siguiente: Gendarmería de Chile realiza una labor fundamental en nuestro país como ejecutor garante de aquellas resoluciones judiciales emanadas de Tribunales de la República que imponen sanciones penales a los responsables de la comisión de delitos.
Esa labor tiene como arista, tal como señala el senador Horvath, la importante función de brindar seguridad a nuestro país, plasmada en el deber de custodia de las personas privadas de libertad.
Sin perjuicio de ello, creemos que la función penitenciaria tiene un rol más relevante para nuestro país, que es la reinserción social de las personas. Esa función es la que hace sustantivamente loable al servicio penitenciario nacional, por cuanto ese trabajo de intervención y acompañamiento posibilita que la persona que ha delinquido se integre nuevamente a la sociedad, permitiéndole ser un aporte para nuestro país y contribuyendo a mejorar las condiciones de seguridad pública.
Una persona que se reinserta socialmente es un triunfo para la seguridad pública. Tal labor no solo la realiza el personal uniformado de Gendarmería, sino que es efectuada, de manera significativa, por profesionales de diversas áreas de las Ciencias Sociales, con experiencia en el ámbito penitenciario, los cuales también son parte de nuestro servicio de prisiones.
Gendarmería de Chile, como servicio civil que es, debe ser profesionalizado muy especialmente en materia de derechos humanos, porque su función central implica relaciones humanas.
En nuestra columna no hablamos de ensayos políticos partidistas ni de modelos que no se afianzan en nuestra cultura; hablamos de experiencias comparadas que han demostrado eficiencia y eficacia, con mayores niveles de reinserción social de los penados y una baja considerable de los eventos violentos al interior de establecimientos penitenciarios.
Creemos que nuestro país debe atreverse a dar saltos cualitativos, en especial en instituciones y reparticiones públicas que se han mantenido bajo estándares inactuales. Chile cambió y seguirá cambiando, como estructura social dinámica. Como país tenemos juntos que perseverar para lograr que nuestra institucionalidad penitenciaria se ajuste a los estándares internacionales en la materia.
Marco Enríquez-OminamiPresidente de Fundación Progresa
José Antonio HenríquezAsesor Área Justicia, Partido Progresista