Las Fiestas Patrias de 1914 pillarían al país en crisis económica y con el miedo a las consecuencias que podía acarrear la guerra europea. "El programa que han preparado las autoridades para el aniversario de la independencia nacional no ha sido abundante y la situación general del país no es muy halagadora", se leía en "El Mercurio".

Pero la tradición era la tradición. Así es que, aunque con mayor austeridad, Santiago se preparaba para el "18" como de costumbre: "A pesar de la continuada lluvia de los dos últimos días, se ha iniciado el embanderamiento de la ciudad. Todos los edificios públicos han izado el pabellón nacional".

Y se añadía: "Las grandes casas de novedades decoraron sus vidrieras de exposición con grupos sugestivos representando escenas patrióticas que despertaron la atención de los transeúntes".

Dichas tiendas ofrecían para festejar finos licores extranjeros, pero también una bebida criolla llamada "chacolí rosado". Además, vestimenta para la ocasión. Para los caballeros, corbatas de seda modelo Longchamp y sombreros canotier; para ellas, vestidos de paseo, guantes de lino y quitasoles con mango de fantasía.

Lo cierto es que, junto a las ceremonias infaltables -el Te Deum en la Catedral Metropolitana, las carreras del Club Hípico, la Parada Militar en el Parque Cousiño y los juegos populares en la Quinta Normal-, algunas instituciones de enseñanza y sociedades "esportivas" habían organizado actividades, como carreras de motocicletas, concursos atléticos y competencias de tiro al blanco. Asimismo, en el Parque Cousiño se efectuaría la Fiesta de los Araucanos, "con bailes alrededor de ramas que simbolizan el árbol del canelo".

En las noches se lanzarían fuegos artificiales en la avenida Matta esquina San Diego y habría biógrafo al aire libre en el barrio del Matadero. Las bandas de guarnición, en tanto, tocarían en diferentes plazas y paseos públicos.

Por otra parte, en el Teatro Santiago habría funciones de gala y también matinés dedicadas a las familias y niños. "Se engalanará el teatro con banderas de todas las naciones y plantas tropicales. En la noche se iluminará todo el frente del edificio", se anunciaba en el diario.

Y se concluía: "Que las Fiestas Patrias, las banderas, la música militar, el regocijo popular, sea una alborada de mejores tiempos".