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Sábado 30 de agosto de 2014
Desde Chile, rumbo a la guerra
30 de agosto de 1914
"Los alemanes continúan avanzando en Francia. Los rusos ocupan Allenstein y ponen sitio a Königsberg", informaba "El Mercurio" el 30 de agosto de 1914. Mientras, a miles de kilómetros de distancia, se vivía otro acontecimiento relacionado con el conflicto bélico mundial. En Valparaíso, partía rumbo a Europa el transatlántico "Orduña" (en la fotografía), llevando a bordo a unos 700 reservistas ingleses y franceses, que debían cumplir con el llamado de sus naciones y unirse a sus respectivos ejércitos. "Desde temprano, la cubierta de la nave se vio invadida por una selecta y distinguida concurrencia de familias que iban a cumplir el deber de despedir a sus parientes, convocados a defender sus banderas. Pudieron presenciarse escenas conmovedoras: el abrazo de los padres, de los hermanos, de las prometidas. Pero se sobreponían a esos sentimientos de amor y de cariño el culto sagrado de la patria. Damas y jóvenes entonaban la "Marsellesa" y el "God save the queen", y lanzaban hurras a sus respectivos países", se leía en el diario.
Una escena similar se había visto el día anterior, en la Estación Mapocho, donde 200 franceses residentes en Santiago tomaron el tren al puerto. Entre ellos, había conocidos médicos que se incorporarían al servicio sanitario del ejército en campaña.
Previamente, los reservistas fueron festejados en el Círculo Francés con una copa de champagne . Se trataba de hombres sobre los 27 años, pues el gobierno del Eliseo había suspendido el llamado a las clases comprendidas entre los años 1887 y 1892.
También hubo diversos servicios religiosos para encomendar a los que partían,como una misa efectuada en la iglesia de los Padres Franceses de Valparaíso, donde acudieron los cónsules de Francia, Inglaterra, Rusia y Bélgica.
"Respecto a a partida de los reservistas alemanes, esta será imposible en tanto no se disponga de una nave que pueda conducirlos con seguridad a las costas del imperio", se comunicaba en la prensa.
Asimismo, se destacaba la solidaridad de algunas damas chilenas que habían recolectado fondos para ayudar a los residentes extranjeros, "sean franceses, alemanes, ingleses, austríacos, belgas, rusos o serbios, que se vean obligados a abandonar sus hogares aquí establecidos en obedecimiento a los deberes que las respectivas patrias les impone".