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Editorial
Martes 26 de agosto de 2014
Definiciones en salud
Si ha habido fuertes críticas políticas a la ministra, quizá se deben a la falta de un plan claro respecto de lo que puede esperarse de este gobierno en el campo de la salud...
La ministra de Salud, Helia Molina, ha intentado poner fin a las discusiones que ha abierto la Comisión Asesora Presidencial que estudia un nuevo modelo para el sistema privado de salud. El respaldo que recibió la idea de la comisión de poner fin al sistema de isapres de parte de la directora de Fonasa, Jeanette Vega, fue lo que le dio un carácter semioficial a la propuesta que ha sido discutida en numerosas ocasiones en los círculos de izquierda. Pero esta vez la ministra ha dejado en claro que los proyectos de reformas estructurales a realizarse durante los próximos cuatro años son los que aparecen en el programa de gobierno: reforma tributaria, reforma educacional y nueva Constitución. No hay lugar, por tanto, para reformar de raíz el sistema nacional de servicios de salud y las isapres. Con énfasis, dijo: "La línea del gobierno en salud la represento yo" y calificó de opiniones personales de la directora del Fonasa lo dicho respecto de que el 7 por ciento destinado a salud no les pertenece a los trabajadores.
No obstante, subsisten numerosas dudas respecto de lo que habrá de ocurrir en el sector en los próximos años. La encuesta del Centro de Estudios Públicos ha reiterado la importancia que tienen los problemas de salud para la población, que en un 56 por ciento se inclina por destinar los dineros de la reforma tributaria a solucionar esas dificultades, y no a educación.
No obstante, si la comisión tiene a su cargo examinar los problemas de salud que sufre el 20 por ciento más rico de la población, las verdaderas urgencias en esta materia las sufre el 70 por ciento que no puede irse a una isapre y no tiene más alternativa que seguir en el Fonasa. Para ellos, las camas de los hospitales no son suficientes y la solución que se ha aplicado a otros problemas de infraestructura, que es la de la concesión, ha sido rechazada por la propia ministra. Los recursos nacionales no darán para poner al día las inversiones de un sector que ha completado varios decenios de atraso.
Aún más, la infraestructura hospitalaria tampoco garantiza el buen tratamiento de los enfermos, pues para ello se requiere de médicos capacitados, con las especialidades que corresponde. Y en varios sectores de los servicios públicos de salud escasean los médicos especialistas y no se conoce de planes completos que se hagan cargo de esta carencia. Para hacer aún más complicado este aspecto, se ha informado de las dificultades que enfrentan los hospitales estatales que están al margen de los servicios públicos de salud, como los de las Fuerzas Armadas, Universidad de Chile, Codelco y otros, que no cuentan con el número suficiente de profesionales.
La ministra ha hecho bien al tratar de ponerle término a un debate sobre el sistema privado de salud que no estaba en los planes del Gobierno, pero no queda claro el camino que habrá de seguir el ministerio en el trato que le dé a la inmensa mayoría de los enfermos que continúan enfrentando graves carencias. La atención primaria no resuelve los problemas que debiera y también sufre de faltas de personal. Pero aún no hay una agenda de salud para el actual gobierno, que anunció inversiones masivas y que solo podrá aumentar las camas en 10 por ciento en los próximos cuatro años, según se desprende de sus planes más detallados. Si ha habido fuertes críticas políticas a la ministra, quizá se deben a la falta de un plan claro respecto de lo que puede esperarse de este gobierno en el campo de la salud.