La primera pregunta que cabe hacerse con los cambios que introdujo Julio César Falcioni en la formación de la UC es si lo hizo pensando en mejorar el funcionamiento de su equipo o resguardando "titulares" para el crucial partido ante River Plate en Montevideo en el marco de la Sudamericana. Está claro que todavía no es el equipo ideal que anda buscando.
Y la segunda es si el rendimiento excluyente de los goleadores Esteban Paredes y Gustavo Canales les alcanzará para ganarse un lugar en la nueva nómina de Jorge Sampaoli, considerando que son, por lejos, los jugadores más desequilibrantes del actual campeonato.
Esta semana tendremos que volver a mirar hacia el extranjero, de manera obligada. Primero, porque los cuatro representantes chilenos en la Copa Sudamericana deberán definir si siguen participando o quedan tempranamente excluidos. No puede ser casual que Iquique y Cobresal -con paupérrimos rendimientos a nivel local-, Huachipato, superado claramente en sus encuentros frente a Colo Colo y la U, y la Universidad Católica, en una crisis profunda, sean hoy los estandartes de nuestro torneo en el continente.
En el criticado sistema de clasificación se optó por ampliar el abanico, por abrir las posibilidades y eso, tal como acontece en otras latitudes, les dio chances a equipos que no ofrecen gran competitividad ni siquiera en el plano interno. Sampaoli ya pidió que el sistema sea modificado, pero hay pocas opciones: la mayoría de los clubes querrá seguir optando a la Sudamericana, más por dinero que por afán ganador.
A nivel de clubes, no logramos mostrar ni el estilo ni la capacidad de competir que muestra la selección, alimentados por jugadores que están, literalmente, en otras ligas. Acá, el nivel es pobre, la táctica muy básica y el desnivel demasiado evidente. Cuando el seleccionador observa el panorama interno, confiesa que le entusiasma el nivel de inversión de un par de clubes y el surgimiento de algunas figuras nuevas, pero debe estar descorazonado y desencantado del panorama general.
Urge reformular los sistemas de clasificación, porque el fútbol chileno hace rato que no es protagonista de la Libertadores, aunque este año las vallas parecían muy superables. Y en la Sudamericana debemos ser más protagonistas, aunque en ese caso aparecerá el otro paradigma: a ningún equipo chileno le alcanza hoy para ser altamente competitivo en dos frentes.
La selección, que comienza a prepararse para la Copa América, iniciará su tránsito con jugadores saliendo de lesiones, con pocos partidos en el cuerpo o sin recambio en dos posiciones que dejaron dudas en el Mundial: la defensa y el sistema de creación ofensiva. Ha transcurrido poco tiempo, por cierto, pero los cambios hacia las clasificatorias deberían comenzar a notarse. Aunque, hasta ahora, nada parece haber cambiado.