Señor Director:
El ministro de Defensa, Jorge Burgos, declaró: "Los chilenos no estamos orgullosos de la actitud de la dictadura en la Guerra de las Malvinas". En seguida, el ex senador de la República Carlos Ominami, apoyó al ministro, agregando: "Chile no solamente debía haber apoyado a Argentina, debió haber abucheado a Inglaterra".
En su
carta del martes 19, Santiago Pavlovic, un periodista de reconocida trayectoria y estatura profesional, nos recuerda algunos importantes detalles del contexto que entonces se vivía. En 1978 estuvimos al borde la guerra con Argentina por las islas Picton, Lennox y Nueva. Según entiendo, todo partió con un arbitraje ante la reina Isabel, iniciado en 1971 bajo el gobierno de Salvador Allende. En 1978 Argentina, entonces campeón del mundo de fútbol, como nos recuerda Pavlovic, no reconoció dicho laudo arbitral. Afortunadamente para Chile, poco después se abortó la "Operación Soberanía". En seguida vino la mediación del Papa Juan Pablo II, con el cardenal Samoré. Posteriormente Argentina tampoco acató dicha mediación papal. Finalmente, en 1982 la junta militar argentina decidió invadir las Malvinas.
La junta militar chilena se movió con discreción, prudencia y astucia frente a la amenaza de la dictadura argentina. La junta militar argentina, en cambio, estaba inspirada por conflictos internos y motivaciones más bien populistas.
El cargo de ministro de Defensa exige ser muy cuidadoso con las declaraciones. Quizá hay razones de política exterior que desconocemos en las palabras del ministro de Defensa. De ser así, sería importante que las aclarara. De otra forma, solo serían palabras innecesarias.
Como ciudadano chileno, al igual que Santiago Pavlovic, pienso que la actuación de Chile fue la adecuada en ese contexto. Aunque no se puede hacer historia ficción, me temo que haber apoyado a Argentina, esperando amistosamente un desenlace favorable para el país vecino, no hubiera detenido el incontrolable afán expansionista de la dictadura del país vecino. En definitiva, a menos que la historia sea distinta, no veo por qué Chile debe hacer un mea culpa o pedirle disculpas a Argentina.
Leonidas Montes L.