Señor Director:
La
carta del viernes de doña M. Estela Ortiz, secretaria ejecutiva del Consejo Nacional de la Infancia, resulta muy preocupante. En efecto, si bien está bien intencionada en el sentido de hacer efectiva la Convención de los Derechos del Niño (CIDN), incurre en una discriminación inaceptable.
Indica ella que "este mandato exige aplicar el enfoque de derechos al modo de gobernar la vida cotidiana e institucional de la población de entre 0 y 18 años". Es decir, no existe ninguna preocupación por los niños que están por nacer, ignorando por completo la protección que les da la CIDN.
El artículo 1 de la referida Convención señala que "se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad". Por su parte, el artículo 2 indica que "los Estados partes respetarán los derechos enunciados en la presente Convención y asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a su jurisdicción, sin distinción alguna, independientemente de (...) el nacimiento (...)". Esto, sin siquiera considerar la misma protección que le da la Convención Americana de Derechos Humanos en el artículo 4.1, del cual se colige que todo ser humano existe desde la concepción, y por ende, niño también es la persona que está por nacer.
Así entonces, el enfoque de la secretaria ejecutiva del Consejo de la Infancia discrimina a los niños que están por nacer, vulnerando sus derechos humanos y con ello su dignidad. Simplemente, impresentable.
Pablo Urquízar M.
Director Legislativo de Comunidad y Justicia