Señor Director:

En la edición de "El Mercurio" de ayer se publica un tuit de la directora de Comunicaciones del Gobierno. En él, se descalifica a Mariana Aylwin, quien, como es de público conocimiento, ha tenido una postura crítica de la reforma educacional que impulsa la actual administración.

El tuit se refiere a Mariana Aylwin como "hija del ex Pdte. Aylwin, M. Aylwin", en un tono descalificador y sarcástico. Termina calificando sus dichos como que "no aportan a la buena política".

En estos meses, el Gobierno no siempre ha contribuido a un clima de diálogo y entendimiento. Frases descalificadoras van, frases descalificadoras vienen. La descalificación sin argumentos de fondo es de las peores prácticas de la política. El Gobierno, menos que nadie, debiera promoverla. Pero cuando la directora de comunicaciones usa las redes sociales para descalificar a quien no piensa como ella, es porque hemos llegado al peor de los terrenos.

La directora de comunicaciones pareciera no entender su función, actuando como integrante de una barra brava. Tampoco pareciera entender el uso que los gobiernos democráticos les dan a las redes sociales. Ellas son una plataforma para informar a la ciudadanía y no para hostigar a quienes piensan distinto. No hay peor uso de los recursos que aportan los contribuyentes que financiar a una secretaría de comunicaciones que promueve la discordia, la descalificación y el pequeño conflicto.

Pablo Halpern