Señor Director:

En los últimos días, la discusión política nacional ha estado centrada en la interpelación al ministro Peñailillo y su eventual responsabilidad en la prevención y sanción de los hechos de violencia que se viven en La Araucanía. Sin embargo, en el contexto de este debate público se echa de menos una discusión a fondo y en profundidad de la situación global de la Novena Región.

Entre las materias que debieran ser objeto de este análisis se encuentra la definición de una estrategia de desarrollo para La Araucanía, que considere sus potencialidades y pueda proyectar a la región hacia el futuro. Un plan de esta naturaleza tendría que fomentar el desarrollo productivo y la inversión equitativa en sus territorios, considerando un uso racional de los recursos naturales y la preservación de la naturaleza y del medio ambiente.

Otro de los aspectos que se requiere estudiar en profundidad es cómo mejorar la calidad de los recursos humanos de la región, considerando que una educación de calidad es la herramienta fundamental para que sus habitantes superen su situación de vulnerabilidad y mejoren sus condiciones de vida. En este sentido, una evaluación en la materia requiere considerar la riqueza cultural que posee esta zona y evaluar mecanismos que permitan su preservación y desarrollo.

Las obras de infraestructura, en especial las viales, demandan urgentemente un impulso en La Araucanía, si se considera que solo el 13,6% de sus caminos se encuentra pavimentado. Medidas en este ámbito permitirían ayudar a muchos territorios que hoy sufren el aislamiento, mejorar la conectividad de una región con un enorme potencial turístico, generar fuentes de trabajo y el surgimiento de emprendimientos locales.

La solución a las demandas sociales locales en La Araucanía y en otros lugares de Chile requiere también de mayores niveles de autonomía de las regiones tanto a nivel de fusiones como de recursos financieros. La región podría convertirse en el piloto de las nuevas propuestas que en materia de regionalización está estudiando el Gobierno y una comisión a nivel nacional, facilitando así que esta asuma el protagonismo y la responsabilidad en las decisiones que los afectan.

Es necesario que como país generemos un espacio de discusión y análisis de la situación de esta región, en el que no se deje fuera ningún tema y se considere especialmente las visiones y puntos de vista de los actores regionales. Solo un diálogo inclusivo de todos los actores y de todos los asuntos de interés para La Araucanía contribuirá a la búsqueda de acuerdos que promuevan el progreso y la paz social de sus habitantes.

Lorenzo Dubois H.
Presidente Fundación Aitue