Tras "Viaje al centro de la tierra", el año pasado, "Pinocchio" es la segunda de las obras "históricas" de la memorable La Troppa, que sus ex integrantes re-montan bajo su dirección, pero con elenco nuevo, para deleite de las generaciones más recientes. Recupera y refresca los muchos y brillantes méritos de su creación estrenada hace 24 años, en que encontraron el método de trabajo, el lenguaje y estilo que marcarían su trayectoria posterior. Y puede explicar por qué no pocos volvieron a verla una y otra vez, y con ella se enamoraron del teatro.
No obstante la nueva versión, aunque reproduce bien su modelo apegándose fielmente al original, no llega a equiparar su excelencia -como sucedió con "Viaje..."-, debido principalmente al rendimiento del elenco escogido.
Adapta y actualiza la popular novela infantil del italiano Carlo Collodi publicada en 1883, remitiéndose a su fuente lejos de los cambios impuestos por Walt Disney -por eso el título-. En una hora y con solo tres actores en escena, cuenta la historia del muñeco de palo que anhela convertirse en un niño de verdad, a la manera de un juego teatral lleno de encanto, vitalidad, fantasía y humor. Con sencillez y a la vez gran profundidad, presenta su aventura como un viaje de aprendizaje en que Pinocho madura con las peripecias por las que pasa, y se "humaniza" al reconocer el sentimiento que lo une a su padre-creador, el modesto carpintero que lo talló.
En un despliegue creativo que asombra aún hoy, la estimulante puesta, muy física y visual, asalta nuestra imaginación con sus rápidos giros y la frecuente incorporación de recursos sacados de la gramática del cine y del cómic. Así, combinando los actores con muñecos y objetos, permite la coexistencia paralela en escena de la misma imagen en tamaños o planos distintos. El grupo empleó en este montaje por vez primera otro de sus rasgos de estilo característicos, la materialidad escenográfica: aquí todo ocurre sobre y en torno a un gigantesco perro rojo de colgar ropa. También hay música hecha en vivo, incluyendo un reidero rap.
La obra más lúdica e inocente hecha por La Troppa es, sin duda, la más disfrutable por el público infantil, aunque está dirigida en verdad al niño que hay dentro de cada adulto. Se debe admitir que si bien los ejecutantes satisfacen todas las exigencias de la entrega, les falta "ángel" y oficio para brillar. Es evidente que el Pinocchio de Sofía Zagal luce demasiado robusto para ser un muñequito (lo que obliga a añorar a la menuda Laura Pizarro, inolvidable en el rol).
Teatro Cinema. Ernesto Pinto Lagarrigue 179. 27350861. Jueves y viernes, a las 20:00 horas. Sábado, 17:00 y 20:00 horas. Domingo, a las 17:00 y 19:00 horas. Entradas desde $4.500.