Los breves cuentos de "El Llano en llamas" de Juan Rulfo expresan tristeza y desamparo. Admira su lenguaje, una prosa poética en que cada palabra es la necesaria. Presenta a hombres a los que el calor y la soledad han vuelto silenciosos. Octavio Paz dice de ellos que están como tras "una muralla, no por invisible menos infranqueable, de impasibilidad y lejanía. El mexicano siempre está lejos, lejos del mundo y de los demás. Lejos también de sí mismo." ("Máscaras Mexicanas").
Cristián Plana conserva casi íntegramente el texto de "Paso del Norte", no altera las palabras, las respeta, las hace pausadas y nos lleva a adentrarnos en esos hombres callados, productos de la aridez del paisaje, vaciados de esperanzas.
Los textos narrativos son para ser leídos. Sus imágenes se concretan en cada lector de acuerdo a su experiencia y su cultura. Para un mexicano de un pueblo del norte, lo que dice Rulfo resuena en forma distinta que en nosotros. Adaptar al teatro un texto de Juan Rulfo es un desafío mayor.
Las imágenes de Cristián Plana nos ayudan a situarnos en las calurosas soledades de un pueblo del desierto que circunda a Ciudad Juárez, una tierra seca en que el sol ahuyenta hasta a los pájaros. Nos coloca frente a una muralla de casa antigua y algo destruida. Grandes sombreros casi ocultan a dos hombres sentados en el suelo. Escuchamos su canto triste y lento. Padre e hijo hablan con silencios entre cada frase. En la actitud y en el tono de la voz, se notan el dolor del hijo y el egoísmo del padre. Plana recrea el clima de ese lugar desolado, de hombres que han perdido la capacidad de hablar y, en el caso del padre, la de sentir.
La primera parte de la obra sigue el texto narrativo. El hijo viene a decirle al padre que se va lejos porque allí ya no se puede ganar para vivir. Al padre no le parece, esos son rumores, "trabajando se come, y comiendo se vive". No ve por qué el hijo va dejar el negocio de los puercos, ni por qué él va a hacerse cargo de la nuera y los nietos. Pero el hijo parte. Se supone que va a Ciudad Juárez, que está a este lado de la frontera, frente a Paso del Norte.
Plana hace un interludio, se aparta aquí del texto, nos traslada a los atractivos de la ciudad; introduce un cuadro de revista con música, luces titilantes y engañosas bailarinas sin ropas; lo hace con técnica visual pero es un quiebre que se siente superpuesto.
Al regresar al lugar del comienzo algo ha cambiado. No es el espacio soleado y caluroso del primer cuadro, sino un ambiente más oscuro, con algo de irreal. El hijo ha vuelto y le cuenta al padre que los mataron a todos cuando cruzaban el río para ir al Norte. Quizás ahora es sólo su espíritu, pero el diálogo con el padre es muy concreto, el padre le vendió la casa para pagarse de los gastos, y además le cobra lo que cuesta la escritura; le dice que Tránsito, la esposa, se fue con un arriero. Los niños están ahí. En sugerencia de afecto y lealtad, que contrasta con la mezquindad del padre, el hijo dice que irá a buscar a la Tránsito, por ahí por donde le dice que se fue.
Rodrigo Pérez, interpreta al padre casi sin moverse, sentado en el suelo y con palabras que surgen escasas desde debajo de su gran sombrero. Por su calidad se constituye en el personaje central de la obra, aunque el protagonista es el hijo. Hacia el final, adquiere una figura fantasmal, con una luz rojiza que lo acerca a lo diabólico. El hijo, interpretado por Moisés Angulo, aunque dialoga con su padre, desarrolla lo que podría considerarse un largo monólogo, sólo a veces interrumpido por breves frases del padre; da una cadencia de campesino mejicano a sus parlamentos, que son una dolorida pero respetuosa queja.
En la reconstrucción teatral que ha hecho Cristián Plana del cuento "Paso del Norte" de Juan Rulfo, encontramos elementos que conforman su poética teatral: cuidadosa selección de textos ya clásicos, respeto a esos textos, función preponderante de la plasticidad, capacidad para potenciar la actuación, incorporación de alguna escena de atrevida sensualidad, empleo de bellas canciones antiguas para crear climas significativos. Todo un sistema coherente que lo distingue y hace que uno vaya a ver sus obras porque él las dirige.
PASO DEL NORTE
Dirección: Cristián Plana
Teatro La Memoria (Bellavista 0503) Desde sábado 21 de junio al sábado 23 de agosto Miércoles, jueves, viernes y sábado a las 21:00 horas.