Uno puede entender fácilmente el éxito del montaje bonaerense "Una relación pornográfica", que nos visita en breve gira. A partir del filme francés homónimo, cuyo guionista discurrió a los pocos años que su idea servía también para pieza teatral (y la estrenó como tal en 2003), se presenta aquí como una desinhibida y ligera comedia sexual hecha para gustar en el circuito comercial de calle Corrientes, tras convocar a un público atraído por la falsa promesa voyeurista del título. Porque no hay en ella nada de desnudos ni contactos sensuales, ni siquiera una cama.
En escena una mujer y un hombre de edad mediana cuentan monologando frente al público, cómo durante meses se juntaron periódicamente en un hotel solo para tener sexo sin preguntarle el nombre al otro, a iniciativa de ella, que puso un aviso en una revista porno para cumplir una fantasía íntima. A ratos ambos representan los encuentros, y bailando estilizan sus acercamientos físicos. La señora se ríe mucho y los dos parecen pasarlo muy bien; solo que contra todo lo previsto se entromete el compromiso sentimental. Los 70 minutos avanzan hacia la tranquilizadora y bienpensante conclusión de que nunca seremos puro instinto; que si bien el impulso sexual resulta ineludible, a fin de cuentas el amor es más fuerte.
Conducido por Javier Daulte, prestigiado director al que le hemos visto trabajos de interés superior, el relato fluye ágil y ameno, con el alto profesionalismo esperable en el medio teatral porteño; lo encarnan con desenvoltura dos intérpretes de buena presencia y gran oficio (Cecilia Roth y Darío Grandinetti), en una grata escenografía que simula el lobby de un hotel. La entrega tiene un apoyo clave en la estupenda y siempre presente musicalización en el rango del blues jazzístico.
Todo muy bonito, y de buen gusto. Hasta que el espectador alerta comienza a sospechar que la historia tiene otro filo menos banal e inofensivo. La puesta escamotea el otro aspecto -turbio, sórdido y decadente- de la situación, y el lado patético de la pareja, tristes solitarios incapaces de entablar una relación "normal". De hecho la película de 1999 -que se dio aquí bajo el púdico título de "Una relación particular"- era más bien un drama, y el enfoque liviano de este montaje difiere al de los anteriores en otras plazas (París, Bruselas, Montevideo, etc.).
Claro, la comedia tiene más acogida en la taquilla. Entonces uno puede mirar hacia atrás con mayor respeto artístico y discreto orgullo, la versión chilena de 2008, que dirigió Paulo Meza, con Daniel Muñoz y Heidrun Breier en las actuaciones.
Teatro Nescafé de las Artes. Hoy a las 19:00 y 21:00 horas y mañana a las 19:00 horas. Entradas entre $15 mil y $38 mil.