Para decirlo en lenguaje de Pelotillehue, quedé Plop con el caso de Esteban Paredes, aun respetando las decisiones de Jorge Sampaoli, que tiene, en exclusiva, la potestad de nominar a los 23 jugadores que llevará al Mundial.
Sabemos que será el DT, y solo él, el que asuma los costos y beneficios de sus decisiones. Su éxito o fracaso estará indisolublemente ligado a los jugadores que escoja para afrontar un desafío que se anticipa muy difícil para la selección que dirige.
Asumimos también que, por los tiempos que corren y la particular filosofía del técnico nacional, hay muchísimas cosas que no sabemos, porque forman parte del secretismo de su labor o porque, definitivamente, no quiere que las sepamos.
Hay entrenadores más expansivos, más abiertos, más llanos a justificar sus actos. Sampaoli no está en ese grupo. Lo ha dejado claro mil veces y por si se necesitara una reafirmación, la semana pasada echó con Carabineros a los alumnos del INAF que estudian, entre otras carreras, para ser entrenadores. Imagino que lo compensará con un par de charlas, por lo menos...
Resumen: es cuestión suya, Sampaoli sabrá lo que hace, no quiere que se sepan las razones y, por último, si se equivoca, se la van a cobrar. De acuerdo, pero considerando que la selección es de interés nacional, que la gente pregunta y no encuentra respuestas y que el caso es de Ripley, me planteo varias interrogantes:
-Si Sampaoli y sus colaboradores saben desde hace tiempo que Jorge Valdivia tiene problemas físicos, que Matías Fernández no estaría, que con Pinilla toda convocatoria es un albur y que seguir insistiendo en Pedro Pablo Hernández lesionado era absurdo, ¿por qué marginar tan tempranamente a todos los que podían ser una alternativa en puestos tan sensibles?
-¿Es acaso sensato desconvocar jugadores sin dar una señal técnica que ampare o flexibilice la decisión? ¿No se cae en una situación ridícula y extraña, a decir lo menos, que unos días después de marginar a un delantero (sin explicaciones profundas, de acuerdo al testimonio del propio Paredes) se le reconvoque sin explicar nada de lo que pasó?
-Paredes merece al menos un abrazo o un galvano cuando reingrese a Pinto Durán. En las clasificatorias fue citado de emergencia contra Uruguay (partido en el que además fue vital) para luego ser ignorado sucesivamente. Ahora le mataron la ilusión y luego se la devuelven, en el entendido de que no ingresa para ser desconvocado en el corte final, ¿o sí? Sería una crueldad sin nombre borrarlo otra vez...
-Finalmente, se entiende que es mucha la presión para Sampaoli en el doloroso ejercicio -que comparten todos los técnicos mundialistas- de eliminar jugadores. Asumir este resbalón no es gran cosa, si se considera que los que estaban en la nómina esperaban un descartado más. Ahora serán dos, y en la lógica de los grupos cerrados (todos hemos visto reality shows), eso genera más ansiedad. Para comprenderlo y aceptarlo se necesita cercanía y transparencia. Razones y argumentos claros. Lo mismo que debió hacerse con las lesiones: sus génesis y sus consecuencias. En otras palabras, hagan lo que quieran (porque están en su derecho), pero, como dice Condorito, ¡exijo una explicación!