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Día a día
Martes 06 de mayo de 2014
Solución razonable
Fueron los militantes de su partido y un importante núcleo independiente los que se pronunciaron en una suerte de primarias, y el elegido no será un senador designado, pues sus títulos tienen indiscutida trama democrática...
El reemplazo de los parlamentarios que dejan el cargo en medio de su mandato ha tenido variado tratamiento legal. El tema se solucionó en 1874 con senadores suplentes, para establecer en 1888 un sistema parecido al que la Ley de Elecciones de la Carta de 1925 normó en las llamadas "elecciones complementarias", conforme las cuales, si el plazo de vacancia era mayor a un año, todos los electores elegían al sustituto. El texto original de 1980 dispuso como reemplazante al segundo de la lista electoral del parlamentario que cesare, y la disposición vigente entrega el cargo al ciudadano que señale el partido al que pertenecía el cesado al momento de ser elegido.
La normativa en vigor reconoce una especie de sucesión ideológica, pero no entrega participación al cuerpo electoral que extrapartidariamente eligió al mandatario concluido, el cual usualmente tuvo mayor número de sufragios independientes que partidistas. Esas deficiencias se han superado en la reciente elección de reemplazante de la ex senadora Rincón, actual secretaria general de la Presidencia. Fueron los militantes de su partido y un importante núcleo independiente los que se pronunciaron en una suerte de primarias, y el elegido no será un senador designado, pues sus títulos tienen indiscutida trama democrática.
Fue, sin duda, una solución políticamente razonable. No fue necesario recurrir a una asamblea constituyente.
CORUSCO