Señor Director:

En 1944, el abogado polaco de origen judío Raphael Lemkin acuñó el término genocidio para describir y definir la política de violencia, asesinato y atrocidades cometidas contra los armenios en la Turquía otomana, en 1915. Hoy, 24 de abril, se enteran 99 años desde el inicio de ese proceso. El mundo armenio en todas partes de la tierra eleva su voz para expresar su protesta y exigir justicia.

La Primera Guerra Mundial permitió al gobierno de los "Jóvenes Turcos" implementar una política acordada en 1911, en una reunión secreta realizada en Salónica: la población musulmana del imperio debía ser turquificada y los cristianos (armenios), destruidos. La idea era eliminar a los armenios y la "Cuestión Armenia", pues eran una barrera para el sueño del "Gran Turán", que debía extenderse desde el Bósforo hasta Altay. Durante los años de la Primera Guerra Mundial se cometieron matanzas también contra asirios, griegos y árabes que vivían en el imperio.

El exterminio de armenios, que había comenzado en los años 80 del siglo 19, fue planificado por los "Jóvenes Turcos" en tres etapas. Primero, terminar con la población masculina entre los 15 y 45 años. En la segunda etapa se eliminaría a los intelectuales, políticos y artistas. El 24 de abril de 1915 se detuvo a 235 intelectuales; para el día 29 ya eran 800. La tercera etapa del plan era la deportación, exilio y finalmente masacre de mujeres, niños y ancianos. Los armenios fueron obligados a renunciar al cristianismo, o ser deportados o morir. Entre 1915 y 1916 fueron muertos 1.500.000 armenios. Armenia occidental fue despojada de sus habitantes originales de más de 2.000 años. En un año, más de 200 mil armenios se convirtieron al islam, y ahora viven en el valle del Djorokh. Un millón se fue al exilio. En 66 ciudades y 2.500 pueblos hubo masacres; 2.350 iglesias y monasterios fueron saqueados y destruidos, así como 1.500 escuelas.

En 1918, durante la invasión a la región del Cáucaso, los "Jóvenes Turcos" causaron la muerte de unos 500 mil armenios, mientras que en 1920-1922, el gobierno de Kemal Ataturk dio muerte a otros 260 mil. En total, desde 1895 hasta 1922 murieron más de 2.500.000 armenios.

La "Cuestión Armenia" ha ganado reconocimiento en las organizaciones internacionales, y en un número de países se han adoptado resoluciones que condenan el genocidio. Los líderes de la Turquía moderna y las nuevas generaciones turcas, que no tienen nada que ver con ese crimen, no deben ocultar los hechos de sus predecesores. Deben reconocer el genocidio armenio formalmente y condenarlo, para evitar que se repita un crimen similar contra cualquier otro pueblo.

R.P. Sipan Gevorgyan
Iglesia Apostólica Armenia de Chile