Señor Director:

Es sabido que las empresas familiares son la mayoría en cualquier economía libre en el mundo, llegando a representar sobre el 90% en el caso chileno y con una participación en el PIB y el empleo que supera el 70%. Sin embargo, en Chile aún no se les da un trato adecuado para estimular su permanencia en el tiempo.

Un impuesto que es insignificante para el Estado, menos del 0,2% de lo que recauda, difícil de fiscalizar y con gran impacto en la continuidad de las empresas familiares, es el impuesto a la herencia. En países más avanzados se ha derogado este impuesto, o al menos se ha dejado en suspenso durante un tiempo, que al ser superado se logra la exención.

Muchas familias empresarias han visto desaparecer sus empresas, con todo el costo para el país y el Estado, al tener que desembolsar sumas que alcanzan al 25% del patrimonio, en el caso de los descendientes directos y cerca del 40% en otros casos. Como nadie tiene esa suma en "caja" esperando el fallecimiento del pater o mater familias , se ven en la obligación de vender, incorporar socios o simplemente desaparecer.

Hacemos un llamado urgente a las autoridades políticas y legislativas a que incorporen este tema en las conversaciones y ajustes a la propuesta de reforma tributaria hoy en el Congreso.

Alfonso Mujica Vizcaya
Presidente Asociación de Empresas Familiares