El Mercurio.com - Blogs : Cambios en la formación policial
Editorial
Miércoles 23 de abril de 2014
Cambios en la formación policial
Cabe prever que dichas innovaciones curriculares habrán de traducirse en mejoramiento de la formación policial, evaluable por los criterios más internacionalmente generalizados...
Con el incremento de 6 a 8 semestres académicos efectivos que deberán cursar en adelante los aspirantes a oficiales, Carabineros de Chile modificará la formación de estos, con miras a que su escuela pueda obtener certificación por la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), equiparándose a sus similares de las demás instituciones uniformadas, como la Escuela Militar, la Escuela Naval Arturo Prat, la Academia Politécnica Militar, la Academia Politécnica Naval y la Escuela de Investigaciones Policiales. Así, los oficiales egresarán con conocimientos homologables a una ingeniería en ejecución: sus títulos serán de administrador de seguridad pública (en el caso del personal de Orden y Seguridad) o administrador de contabilidad y finanzas públicas (en el caso de efectivos de Intendencia); antes el alumno egresaba como "oficial de orden y seguridad pública". Según explicó su general director, esto debe dar mayor madurez y solidez académica a los aspirantes, con un modelo educativo y una malla curricular distinta de la actual, que considera la estandarización en la denominación y estructura de ciertos ramos con los impartidos en las entidades de formación superior. Entre otros, "gestión policial" pasaría a llamarse "administración", lo que facilitaría su convalidación por una universidad o instituto profesional. Nuevas materias en el tramo final deberían dedicarse a la especialización que permita el análisis del trabajo en unidades operativas, para controlar temas de gestión, y también de consolidación valórica y conductual.
Es este un paso auspicioso, que seguramente contribuirá a la modernización institucional. Cabe prever que dichas innovaciones curriculares habrán de traducirse en mejoramiento de la formación policial, evaluable por los criterios más internacionalmente generalizados, cuales son la calidad del procedimiento policial en la calle; la reducción de problemas delictivos en los espacios públicos y, determinantemente, el aumento de la capacidad de análisis criminal para apoyar la función persecutoria del Ministerio Público mediante tácticas y estrategias eficaces. Avances en estas materias son los que se volcarán en reducción de las tasas de delincuencia que alarman a la población.
Desde esta perspectiva, es bienvenida una formación crecientemente tecnificada y al día con los constantes avances de las policías de países desarrollados. Y eso es tanto más necesario, por cuanto la organización fuertemente centralizada de la policía uniformada que Chile se ha dado desde 1927, por una parte favorece su ejemplar corrección ética y su no sujeción a cacicazgos locales, pero por otra no necesariamente facilita la adaptación del actuar policial a las muy cambiantes realidades delictivas locales. Hay ya pasos valiosos en busca de ese equilibrio, entre los que sobresalen el Plan Cuadrante y la adopción del Sistema Táctico de Análisis Delictual (STAD), que han de ser permanentemente evaluados y corregidos. Tales avances probablemente podrán acelerarse y ampliarse en la medida en que la oficialidad haya de satisfacer exigencias académicas aún mayores que las actuales.
Convendría que el sentido de este esfuerzo adicional que realiza Carabineros fuese mejor explicado a la población, que habitualmente no escucha sino voces políticas que demandan o prometen mayores recursos y dotación, en circunstancias de que la experiencia mundial muestra que no existe relación entre estos factores y la reducción de la delincuencia. Esta última depende de la eficacia de los procedimientos y no de una determinada proporcionalidad entre población total y efectivos policiales, por ejemplo.