Señor Director:

En las últimas semanas, Chile ha vivido dos grande tragedias que han significado sufrimiento para miles de personas en Arica, Iquique y Valparaíso.

Si bien tras el terremoto del norte comprobamos que hoy estamos mucho mejor preparados para este tipo de situaciones, el Gobierno ha demostrado que aún queda mucho por aprender. Uno de los temas pendientes es dar mayor autonomía a las regiones y empoderar los liderazgos locales, no solo para enfrentar la emergencia, sino también la reconstrucción que vendrá.

Esta falencia ha quedado en evidencia con el nombramiento de tres "delegados presidenciales" en las zonas de catástrofe, ignorando por completo a los intendentes y gobernadores nombrados hace poco más de un mes.

Parece que a la Nueva Mayoría en los últimos cuatro años se le olvidó gobernar. El Estado tiene autoridades con competencias claras establecidas en la Constitución y la ley, y estos delegados, al final del día, son más un estorbo que una ayuda, no tienen presupuesto, no tienen atribuciones y no pueden tomar decisiones que produzcan efecto real.

Es muy fácil verificar la eficacia de estos delegados. Invito a los periodistas a visitar Tocopilla y ver en terreno que la mayor parte del avance es gracias al esfuerzo del gobierno del Presidente Piñera y no a la delegada presidencial que en su momento designó la Presidenta Bachelet.

Es imposible dejar de pensar que en realidad estos delegados no forman parte de la política de reconstrucción, sino de la política comunicacional del Gobierno.

Todo el discurso de descentralización se va al tacho de la basura 45 días después de asumir el gobierno. Las regiones no necesitan delegados presidenciales, necesitan que sus autoridades locales, formales, tengan presupuesto y atribuciones.

Ernesto Silva
Diputado UDI