Colo Colo logró alcanzar su anhelada y reivindicatoria estrella 30 simplemente porque fue el mejor equipo del Torneo de Clausura.
No debería haber más consideraciones que esa. Porque decir que "brilló en las primeras 10 fechas" y luego "administró su ventaja en la tabla", o que "sus rivales directos no tomaron en serio la competencia" y que "el campeonato es de bajísimo nivel" suena a intento por desmerecer el logro albo.
Y es que, más allá de que a los fundamentalistas no les haya gustado el buen trabajo colectivo del equipo de Tapia -su escuadra respondió tácticamente de acuerdo a las circunstancias, al calado de sus rivales de turno y a las exigencias de cerrar pronto el objetivo-, merece especial atención dejar en claro que Colo Colo sí mostró algo que hace tiempo no exhibía: fondo de juego.
Para entender bien el concepto y no confundirlo con la simple disposición táctica de un equipo (su dibujo distributivo) o la apuesta estratégica (las armas específicas para ganar como la aplicación de "táctica fija" o el manejo del ritmo de juego), habrá que decir que una escuadra tiene "fondo" cuando demuestra su capacidad de adaptación a las circunstancias de juego.
Quizás el caso más emblemático durante el campeonato fue el partido que los albos disputaron ante O'Higgins en el Monumental, ocasión en la que Colo Colo se puso rápidamente en ventaja y obligó al rival a deshacer su estrategia habitual de contención.
Los de Rancagua, con un DT inteligente como Berizzo, reaccionaron y se desplegaron con mayor soltura desde el mediocampo y comenzar a presionar a los albos en su zona, algo que ni Tapia anticipaba que ocurriría al diseñar la estrategia del encuentro.
¿Resultado? Colo Colo también se transformó. Su repliegue fue ordenado a partir de los movimientos de sus volantes defensivos y, sin atrincherarse en su propia área, tuvo la capacidad de -a pesar de perder el control de la pelota y de entregarle al rival más metros- no pasar grandes zozobras.
¿Habría sido "mejor" que en ese cuadro Colo Colo mantuviera su esquema inicial y diera la sensación de que quería arrasar al rival?
Para los puristas, tal vez. Pero el partido pudo haber tenido otro desenlace si es que Tapia no hubiese replanteado conceptos sobre la marcha, demostrando que sus jugadores estaban capacitados para reaccionar ante eventualidades... como marcar un gol tempranamente.
Quizás este hecho no sea "vendible" en términos de reconocimiento público. Tampoco el haber sido capaz de sostener el 1-0 ante la U, pese a que el rival mereció mejor suerte.
Pero es un mérito innegable de este Colo Colo. Invisible acaso para muchos. Algo que, en todo caso, tuvo mucho que ver en la obtención de su nueva estrella.