Señor Director:

Ha causado profunda impresión entre quienes hemos sido embajadores de carrera del Servicio Exterior de Chile, con tantos o más años en el Ministerio que Pablo Cabrera, sus declaraciones en el cuerpo de Reportajes de "El Mercurio", del domingo 13 de abril pasado.

Personalmente no me explico cómo el director de la Academia Diplomática no sabía que desde 1990 se aplica casi invariablemente la norma no escrita de jubilar a los embajadores de carrera, prácticamente el mismo día en que cumplen 65 años de edad. Solo excepcionalmente no se cumple esta costumbre cuando existe una demanda en pleno desarrollo ante el Tribunal Internacional de La Haya, por ejemplo, y el embajador de carrera se encuentra acreditado en el país demandante o en el lugar donde el Tribunal tiene su sede. Fue el caso de los embajadores Fabio Vío en Lima, y Juan Martabit en La Haya, durante el pasado gobierno del Presidente Sebastián Piñera.

Con lo que ninguno de los embajadores de carrera está de acuerdo es que se discrimine con los políticos designados embajadores, con bastante más de 65 años de edad. Como tampoco es aceptable que la Cancillería chilena continúe siendo la parcela pagadora de servicios, como pretendía mi ex colega Pablo Cabrera por pertenecer a una familia DC.

Carlos Klammer Borgoño
Ex embajador de carrera