Señor Director:

Una vez más, con motivo primero del terremoto en Iquique y ahora con ocasión del gran incendio de Valparaíso, se multiplican las quejas del público en torno a la cobertura periodística de estas catastróficas tragedias.

El Consejo de Ética de los Medios de Comunicación ha reiterado más de una vez los cuidados que se debe tener en estas situaciones. Se ha hecho notar, permanentemente, la obligación de respetar tanto la dignidad de las personas como la verdad informativa. Estos dos principios deben tenerse siempre presentes.

Quien primero debe preocuparse es el equipo en terreno, no solo los periodistas, sino también el resto del equipo. Se tiende a pensar que el problema solo ocurre en las transmisiones de TV, pero la verdad es que tanto la radio como el periodismo escrito e internet también deben atenerse a estos principios. Obviamente, esta responsabilidad alcanza igualmente a quienes están a cargo de las transmisiones, en primer lugar los editores.

Esto se aplica, sobre todo, en el caso de las jornadas extensas de trabajo, en que el eventual agotamiento de los periodistas es causa de la repetición de imágenes sin advertir que se trata de material de archivo aunque sea de unos minutos atrás. Lo mismo se aplica al lenguaje utilizado, que suele pecar de pobreza y se torna reiterativo: "situación compleja", "momentos difíciles" o el infaltable calificativo de "dantesco".

Ningún medio está libre de cometer errores, por lo que corresponde que todos se preocupen de la adecuada preparación de sus periodistas, aprovechando los tiempos de normalidad. Solo así se podrá anticipar el correcto desempeño en situaciones delicadas, se podrá ampliar su lenguaje, y se reiterará eficazmente la prudencia ante el sufrimiento y el dolor. Es imprescindible, al mismo tiempo, que los medios los alienten a que reporteen libremente, espontáneamente, responsablemente.

Los críticos suelen ignorar, por desgracia, el hecho básico de que siempre se necesita información, la cual debe ser veraz y oportuna, más todavía en estos casos de gran conmoción.

Abraham Santibáñez
Presidente del Consejo de Ética de los Medios