Si es verdad que en Universidad de Chile van a ir por Eduardo Berizzo si falla lo de Gareca, sería toda una sorpresa.
Principalmente porque el entrenador de O'Higgins debería estar arreglado hace rato con Universidad Católica, que decidió abandonar su histórico "proyecto" para hacer un interinato con Astudillo en espera de quien, se supone, encabezará la gestión cruzada después de la crisis profunda del año pasado. ¿O solo será un gesto de despedida de José Yuraszeck para poner nervioso -otra vez- a Jaime Estévez?
Este primer semestre ha sido de transición y se ha notado. Vienen cambios profundos que todavía no se manifiestan. Es un período de acomodo en Universidad de Chile, por ejemplo, pero creo que se ha demorado demasiado. Resignó casi sin darse cuenta el torneo local, y en la Libertadores da batalla, pero con el nivel de inversión en refuerzos la meta fijada debería estar mucho más arriba que pasar de primera vuelta.
Cristián Romero -al igual que Astudillo en la UC- sabía que venía por un rato, y recién esta semana, con un esquema bastante más adecuado a las realidades de su plantel, pudo celebrar en forma. Igual, la planificación del futuro debería hacerla Carlos Heller, con un nuevo técnico ratificado, para no repetir los evidentes errores del pasado reciente.
En ese aspecto, Héctor Tapia fue, de todos los "entrenadores bomberos" surgidos en la emergencia, el que supo golpear más fuerte la mesa. Exigió refuerzos calados y experimentados, tuvo flexibilidad táctica y ha resistido las mareas directivas para estar, en estos momentos, sin ningún tipo de cuestionamientos. Ni de la hinchada ni de su propio plantel, donde supo imponer disciplina cuando los mismos de siempre intentaron desmadrarse.
Su proyecto deportivo -que debería consolidarse en el segundo semestre, cuando tenga más maniobra para renovar al equipo- puede verse perjudicado con los movimientos directivos y accionarios que se advierten en el club. Si Piñera y Ruiz-Tagle pretenden volver, este es el momento, porque a los máximos accionistas se les ve lejos del vértigo gozoso de la caída de los récords que ha registrado este equipo.
Además, ha sido Blanco y Negro la sociedad anónima más golpeada por las denuncias de amparar a los violentistas y frenar los esfuerzos por aplacar a las barras, lo que siempre será una mancha en el currículum. No sé si fue buen "negocio social" para Leonidas Vial y Hernán Levy convertirse en empresarios futboleros: ser asociados -por sus pares políticos- con la mafia italiana no debe ser agradable. Me tinca que soplarán aires de cambio en el pomposo barrio El Golf.
En suma, debería haber cambios en las tres sociedades anónimas más cotizadas de la plaza, que vendrán asociados, en el caso de los universitarios, con nuevos "proyectos deportivos". Berizzo y el "Coto" Sierra son cartas cotizadas y todo en el ambiente huele a cambio, incluido, por cierto, el plan Estadio Seguro. Demasiada inestabilidad como para que a Sampaoli se le ocurriera insinuar que después del Mundial tomará sus maletas. Tanto cambio pone a mucha gente nerviosa.