Es primera vez que en Chile se estrena con todas las de la ley una película de "animé" de "Dragon ball" (olvidemos que existió la pésima cinta con actores "reales" de 2009 "Dragonball evolución"). Hubo 18 películas previas, basadas en el cómic japonés (o manga) de Arika Toriyama y masificado gracias a la serie de TV homónima, y esta película -supervisada por el propio Toriyama- resulta leal a la esencia de esta cumbre de la cultura pop. Humor de sitcom, buenas coreografías de peleas y tiros de cámaras deudores del spaghetti western y el doblaje mexicano (liderado por Mario Castañeda) sostienen la historia de Goku: este extraterrestre que parece una cruza entre Superman y Bruce Lee y que debe encarar al sujeto más poderoso del universo: Bills el dios de la destrucción. Reivindicación de la cultura nerd a nivel de masas, el estreno de este título es un síntoma y apertura de contenidos injustamente subvalorados por el mainstream: un tipo de oferta que de seguro será una grata sorpresa en la taquilla y que debiera atraer a audiencias eternamente ignoradas.
"Dragon Ball Z: Battle of Gods". Japón. Animación. 89 minutos. T.E.