Señor Director:
No hay enemigo más odiado por un intelectual de izquierda que la sociedad liberal en que se desenvuelve. La razón no es difícil de encontrar.
La sociedad liberal le quita o limita el poder de apropiarse de la dirección del prójimo, y por eso le es naturalmente hostil. En ella, el intelectual es nada más que un individuo que se dirige a otros individuos que son libres para decidir si le hacen o no le hacen caso.
La historia nos enseña que la mayoría ha escogido proyectos para "domar" al hombre, para crear o transformarlo según sus convicciones, llevarlos a la felicidad, terminar con las diferencias y hacerlos de una vez por todas iguales. Que el marxismo haya fracasado en sus intentos no significa que haya renunciado. Hace tiempo que vemos que se viste con un nuevo ropaje, y "
El otro modelo" adhiere a esta realidad.
Los que suscriben el libro "El otro modelo" han "descubierto" que los intereses de la comunidad política son distintos a la "agregación" de los intereses y decisiones individuales, y que esta contradicción debe resolverse haciendo primar lo primero sobre lo segundo.
¿Pero cómo? Muy sencillo. De lo que se trata es que un grupo de iluminados debe encargarse de corregir esta anomalía y decidir, atribuyéndose poderes supremos, qué es lo bueno para ese torpe e incompetente prójimo que somos todos nosotros.
Vicente Santa Cruz González