Los 60
Ginger (Elle Fanning) y Rosa (Alice Englert) nacen en 1945, durante el año que explota Hiroshima, por lo que son adolescentes en 1962, jóvenes de clase media con padres y parientes liberales y de izquierda.
Una porción de tiempo que se ajusta, años más o años menos, a los de la directora británica Sally Potter, nacida en 1949.
Esta es, entonces, una biografía personal, memoria colectiva y es un tiempo de formación intelectual y sentimental en busca de las sensaciones y sonidos de un tiempo pretérito: la década de los 60.
"Ginger y Rosa" se sostiene sobre una minuciosa y primorosa dirección de arte, que registra con cariño los objetos y la estética de una época, donde los discos reproducen la música y el ritmo de Chubby Checker, Miles Davis, Little Richard o Sidney Bechet, y los programas de radio se estremecen con la amenaza de la bomba y la guerra entre Estados Unidos y la URSS.
Y Ginger y Rosa, las dos amigas, crecen y se transforman.
Están terminando de ser niñas y aún no tienen un rol definido y por eso son heroínas o víctimas, y el papel lo intercambian.
Es la adolescencia como la mansión de las ideas y las emociones, pero también de las jerarquías y frustraciones, porque todo está por aparecer: el sabor de un cigarrillo, los privilegios de la belleza o el significado profundo de la libertad, que no solo es el viento en el rostro.
Es la etapa de la construcción de una persona y los materiales que se usan: la pasión por cambiar el mundo, el significado de un crucifijo, la campanada del deseo, la cerveza amarga, la palabra del filósofo Bertrand Russell y los besos furtivos.
Las dos adolescentes no están solas en este proceso formativo y a su alrededor giran las familias o lo que queda de ellas, porque cada generación tiene un contexto que la explica y, en algunos casos, es un contexto que marca y demuele.
Ginger es el personaje capital y nada habría sido posible sin una actriz como Elle Fanning, que logra transmitir los matices del período y por eso es niña lúcida y miedosa, mujer valiente y quebradiza, y siempre una persona que no pierde la integridad.
Un dato sobre la edad de Elle Fanning señala lo meritorio de la actuación, porque con apenas 13 años interpretó a una joven de 17, donde ya se vislumbra el futuro y las terminaciones mayores: el nacimiento de una ideología, los límites morales y la responsabilidad de una ciudadana.
Con otras palabras: una categoría de mujer y una forma de pensar, donde lo más difícil de comprender son sus padres, porque primero se preocuparon del mundo y su globalidad, y después de ella.
Ginger debe recorrer el camino inverso, antes del mundo, debe descubrir la materia de dos personas, porque esa también es su propia materia: la clase de hombre que es su padre y el tipo de mujer que es su madre.
"Ginger & Rose". Gran Bretaña-Dinamarca-Croacia-Canadá, 2012. Directora: Sally Potter. Con: Elle Fanning, Alice Englert, Alessandro Nivola. 90 minutos. Mayores de 14 años.