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Editorial
Lunes 10 de junio de 2013
AFP y traspasos de afiliados
Todos los actores deberían advertir que si bien lo ocurrido hasta ahora tiene efectos más bien acotados, en algún momento esto podría llegar a tener incluso repercusiones sistémicas...
El aumento de traspasos de afiliados desde portafolios riesgosos hacia el fondo E de las AFP en abril llevó a los ahorros invertidos en ese multifondo -que invierte principalmente en renta fija- a su máximo nivel desde su creación, en mayo del año 2000. Ese numeroso traslado se debió en gran medida a una recomendación realizada el 3 de abril por el sitio web "Felices y forrados", que suma casi 80 mil seguidores. Lo ocurrido ha reabierto el debate sobre los traspasos masivos instigados por los "recomendadores de multifondos". Actualmente, unas 10 entidades asesoran masivamente en cambios de fondo, a cuyo respecto la autoridad ha alertado que se trata de un mecanismo inadecuado de incrementar los ahorros previsionales.
En el último episodio, hubo administradoras cuyos sistemas informáticos colapsaron, incrementándose los reclamos de los afiliados. Esto porque, dado el volumen de los activos que hay que transferir de un portafolio a otro, las AFP están facultadas para demorar el traspaso de ahorros que excedan el 5% de un fondo (de origen o destino), lo que dejó a varios afiliados en lista de espera. Sin embargo, esta no es la arista más importante.
Dos aspectos se enfrentan en este escenario de cambios masivos de cotizantes por recomendación de una entidad. Por una parte, debe preservarse el derecho a cambiarse libremente entre las distintas opciones, ya que ello es propio de un sistema concebido en función de la libertad individual. Pero, por otra parte, existe riesgo de que tales traspasos -dado el tamaño de los fondos de pensiones en el mercado nacional- pudieren inducir distorsiones en el precio de los activos financieros. Si bien la normativa incluye mecanismos para mitigar tales efectos -por ejemplo, la posibilidad de invertir en instrumentos extranjeros-, ellos no son suficientes para amortiguar traslados masivos, simultáneos y coordinados de fondos. Frente a lo anterior deberían estudiarse nuevos mecanismos que mitiguen estos problemas, sin alterar el espíritu del sistema de pensiones: se podría extender el plazo para hacer efectivos los traspasos, incrementar los cobros o, incluso, limitar el número de ellos que un afiliado pueda hacer en un año calendario.
Además, por los efectos que las entidades recomendantes puedan llegar a tener en el mercado, parece necesaria una regulación especial, para evitar posibles creaciones de renta artificiales, basadas en conflictos de interés (una operación previa a la recomendación puede significar importantes ganancias para quien recomienda). Por esta razón, sería necesario que estas entidades sean fiscalizadas, como ocurre con los asesores previsionales.
Todos los actores deberían advertir que si bien lo ocurrido hasta ahora tiene efectos más bien acotados, en algún momento esto podría llegar a tener incluso repercusiones sistémicas.