Señor Director:

En la edición del domingo pasado se publica una extensa entrevista al nuevo presidente del Directorio de Televisión Nacional de Chile, recientemente designado por el Presidente Piñera. En ella se tratan muchas y variadas materias que serían dignas de debatir, pero quiero ahora limitarme a aquellas que inciden en la esencia misma del modelo chileno de televisión pública que TVN encarna.

De las palabras del nuevo presidente y del tono general de sus respuestas, me parece evidente que él no se ha interiorizado -o al menos comprendido cabalmente- de la ley especial que la rige ni del complejo equilibrio que protege la autonomía de TVN, que es su más propia razón de existir. Quizás donde más claramente queda ello en evidencia es en su afirmación de que confía en tener con el director ejecutivo una relación "subordinada". Ese deseo no es solo impropio, sino que derechamente ilegal.

En efecto, el director ejecutivo no depende -directa ni indirectamente- del presidente del Directorio, sino del directorio en cuarto cuerpo colegiado, del cual él es solo uno de sus siete integrantes. Como señala expresamente la ley, el directorio ejerce sus funciones "en sala legalmente constituida", y fuera de ella, el presidente y los restantes directores solo tienen el derecho de ser debidamente informados de la actividad de la administración, y siempre a través del director ejecutivo. No podría ser de otra manera, porque en caso contrario, TVN dependería en la práctica del gobierno de turno a través del presidente del directorio, cuya designación, a diferencia de sus seis restantes colegas directores, no requiere ser aprobada por un quórum calificado del Senado de la República.

A mayor abundamiento, el nombramiento del director ejecutivo -y su eventual remoción- solo puede ser hecha por un quórum calificado de a lo menos cinco de sus siete miembros. Quizás por ello, todos los directores ejecutivos, desde el suscrito hasta el actual, han sido designados por unanimidad.

Por el bien del país, para el cual TVN es mucho más importante que lo que parecen comprender algunas de sus autoridades, debemos estar atentos a cuidar su autonomía, como se hizo en los pasados gobiernos, como se ha hecho en este y como deberá hacerse en los futuros. Esto conlleva dolorosas incomprensiones, no pocas veces de aquellos que pertenecen a la misma sensibilidad política, y lo digo por experiencia propia. Es el precio que hoy le toca pagar a Mauro Valdés, y más temprano que tarde, el país entero se lo agradecerá.

Jorge Navarrete Martínez
Ex Director Ejecutivo TVN
Ex Presidente Directorio TVN