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Editorial
Viernes 19 de abril de 2013
Oportunidad para Paraguay
Chile verá con buenos ojos su regreso a la comunidad latinoamericana; en su momento, la postura chilena fue, acertadamente, oponerse a que el grupo sudamericano aprobara sanciones económicas que habrían afectado a la población...
Con las elecciones presidenciales del próximo domingo, Paraguay podrá recuperar su sitio en las organizaciones regionales de las cuales fue marginado arbitrariamente tras la destitución del Presidente Fernando Lugo, en un proceso legislativo apegado a la Constitución. Si bien sus parlamentarios se ciñeron a esta, los socios del Mercosur y de Unasur estimaron que no se había seguido el debido proceso, al no dar a la defensa el tiempo conveniente para su preparación. Chile verá con buenos ojos su regreso a la comunidad latinoamericana; en su momento, la postura chilena fue, acertadamente, oponerse a que el grupo sudamericano aprobara sanciones económicas que habrían afectado a la población.
Quienquiera resulte elegido, sea el oficialista Efraín Alegre (liberal) o el representante del Partido Colorado, Horacio Cartes -según las encuestas, están en una carrera estrecha-, podrá hacer valer sus derechos en los foros sudamericanos, en especial en Mercosur, donde se votó la incorporación de Venezuela sin considerar que el Congreso paraguayo no la había aprobado. Cartes no se ha pronunciado, pero Alegría ha dicho que su partido está de acuerdo con el ingreso del nuevo socio. Paraguay es muy dependiente de este bloque comercial, al que fue el 48,79% de las exportaciones en 2012, equivalente a 3.554 millones de dólares. De Argentina, Uruguay y Brasil obtienen los paraguayos el 41% de sus importaciones (4.468 millones de dólares). El intercambio de bienes con Chile superó los 350 millones de dólares en 2012, con una baja considerable respecto del año anterior y una balanza comercial favorable a Paraguay.
Ambos candidatos han planteado como principal tarea la creación de puestos de trabajo (el desempleo es de 23%, y la pobreza afecta al 52% de la población), y el desarrollo del campo, mediante ayuda técnica a los agricultores más pobres. También se proponen abrir el país a la inversión extranjera, y los dos principales candidatos quieren aumentar el comercio internacional. Todo esto es una apremiante necesidad, así como la construcción de infraestructura. Se ha planteado que Paraguay necesita unos 2.500 millones de dólares para invertir en los próximos cinco años en construir caminos y aeropuertos, entre otras obras públicas. También han planteado recibir inversión privada en las empresas públicas, como el agua y la telefonía fija, entre otras.
Los programas de quienes encabezan las encuestas no parecen tan distantes entre sí. Pero en el ámbito político, el panorama paraguayo no es claro. A las numerosas denuncias -que no se formalizan- de compra de votos, arriendos de cédulas de identidad o "acarreo" de votantes, se ha sumado la acusación de que el oficialismo logró aliarse con el partido que va cuarto en las encuestas, gracias a una supuesta compra de tierras por el Estado al padre del presidente del Congreso, que renunció al cargo para frenar el escándalo.
Históricamente, en la política paraguaya ha habido acusaciones de clientelismo y corrupción. Después de los trastornos que han rodeado a los más recientes cambios de mando, quizás sea esta una oportunidad para que los candidatos, y en especial el nuevo Presidente electo, den pasos concretos conducentes a dar más transparencia a la vida pública de un país que necesita dejar atrás su rezago.