Señor Director:
En su
columna de ayer, Cristián Warnken emite acusaciones muy graves e infundadas sobre la relación que este Gobierno tendría con las universidades estatales, llegando a señalar que las habría dejado a la deriva y que, producto de un supuesto resentimiento que tendría hacia ellas, solo buscaría su muerte.
El señalar que estas comunidades estén o no a la deriva y prontas a la muerte podrá ser desmentido por sus propias autoridades, pero respecto de su relación con este Ministerio, puedo afirmar que aquello resulta totalmente alejado de la realidad, y para demostrarlo me referiré a tres hechos principales: el primero de conducción, el segundo de visión y el tercero de orden económico.
En cuanto a su conducción y participación en sus estructuras de gobierno, conviene destacar que los representantes del Presidente de la República como nunca se han integrado activamente a las juntas directivas de las universidades estatales, participando de manera directa y permanente en las cuestiones decisorias de estos centros. Con ellos se han implementado nuevas estrategias de desarrollo y aprobado los presupuestos correspondientes.
En relación a la visión compartida sobre su desarrollo y los impactos esperados, de manera inédita estamos instalando con ellas una agenda para la creación de capacidades, que permitan potenciar la vinculación de las universidades estatales con sus entornos sociales y productivos, innovando para ello en sus procedimientos y reglamentos. Hasta la fecha ya se han implementado los pilotos en las universidades estatales de Atacama, Antofagasta, Bíobío y Los Lagos.
En lo económico, este gobierno ha incrementado los aportes a las universidades estatales en más de $120 mil millones, entregados en solo cuatro años ($30 mil millones por año), lo que supera largamente los poco más de $100 mil millones de recursos adicionales entregados durante los 20 años de los gobiernos de la Concertación ($5.100 millones por año). En la práctica, son seis veces más de mayores aportes incrementales.
Los anteriores son hechos, no solo percepciones. No alcanzo a entender la intencionalidad del citado columnista en su escrito. Prefiero pensar que se trata solo de un caso de aguda desinformación.
Juan José Ugarte G.Jefe División Educación Superior Ministerio de Educación