"La cabaña del terror" pertenece al género de la ciencia ficción y esa es su primera categoría, porque a partir de la globalización y la mitología del cine de terror, reconstruye una idea clásica y temible: existe un cerebro central y un sistema poderoso, que convierte a la mayoría en figurantes o telespectadores o bien en ciudadanos sin capacidad de comprensión.
Marty (Fran Kranz), un personaje en apariencia desvalido y extraviado, protesta porque no hay lugar donde esconderse, debido al alcance de los GPS, la cobertura de los celulares o la omnipresencia de internet.
El joven quiere creer que es posible la desconexión del sistema, aunque sea por un fin semana, en un bosque lejano y una cabaña escondida.
Él y sus amigos y amigas, por cierto, están perdidamente equivocados.
Esta película recorre el material del cine de terror de las últimas décadas y quizás se podría aventurar una fecha de inicio: 1981. Ese año Sam Raimi estrenó su ópera prima, "The evil dead", prohibida en distintos países, incluido Chile.
"La cabaña del terror", en la introducción y con un par de variantes, reproduce la situación: una cabaña solitaria a la que llegan cinco jóvenes, en el sótano encuentran un libro, leen sus páginas y resucitan a la familia Buckner, ahora muertos en vida y con hambre.
"La cabaña del terror" se despliega sobre un género sobreexplotado en todas las direcciones, donde las repeticiones, tópicos y lugares comunes, la banalidad y la reproducción son las marcas conocidas y registradas.
Es un género, eso sí, que contribuye como pocos a la cinefilia, obsesión y memoria, porque son películas de miedo y pesadilla, con fantasías que encadenan hombres lobos, fantasmas, payasos dementes, serpientes colosales, asesinos poderosos o vampiros gigantescos.
Una cantera inagotable, donde una veta es literaria y otra es el cine, y la película reúne a las distintas manifestaciones de la monstruosidad.
Los jóvenes de la cabaña se enfrentarán con zombis, lo que no es nada, porque después hay más etapas con íncubos, súcubos y decenas de demonios: es el museo natural del horror.
Sobre el total de criaturas existe un creador y está el sistema, pero la gota que rebalsa el cosmos de la película, remite al mundo del escritor H.P. Lovecraft y a esos seres de las profundidades, esas divinidades antiguas y previas a los hombres.
La primera película del escritor Michael Chrichton fue "Oestelandia" (1973), una eficiente historia que confundía el mundo real con uno ficticio, una especie de Disneylandia para adultos en vacaciones, donde podían matar o gozar, sin remordimientos.
"La cabaña del terror" es una pequeña gran película, realizada con sagacidad, aire crítico, delirio cinéfilo y con dos momentos de humor inolvidable: el brazo del zombie y la búsqueda de una virgen.
The Cabin in the Woods, 2011. 14 años.