Partió este nombre en calle Román Díaz, en un local pequeño que -en algunas noches calurosas- se llena a más no poder. Podría culparse a su oferta variada de sándwiches, pero algunas evidencias desvían la teoría hacia el lado líquido. Ha ocurrido -y un servidor es testigo- que se acabe la cerveza de trigo Tauss, una exclusividad del lugar, y que tengan que traer sendos barriles desde otro local para calmar a la fanaticada. Y ese otro local se encuentra en Irarrázaval.
Es más grande y cuenta con más mesas en su exterior, las que no son muy gratas al almuerzo por la cantidad de micros que pasan por la avenida. En su interior es amplio y cuenta con pantallas, por lo que no es poco común que se citen futboleros en algunas noches específicas.
En esta ocasión se trató de un almuerzo, con mucha gente y un solo mozo. Pobre de él, la verdad. Parecía película muda y, aun así, logró dar con algunos tiempos.
En fin, se pidió un par de cervezas Tauss, de sus dos variedades (copón de 300 cc. a $1.800). Una es más frutosa, turbia y fresca, la otra es ligeramente más amarga, pero en la misma línea de una "blanca" de trigo. Sabrosas ambas. No había sándwich de pernil, así se decantó por una hamburguesa con champiñones y queso ($4.820), rica y llenadora, y por un sándwich de churrasco con palta y salsa verde en baguette (Munchen, $4.820), igual de bueno (aunque el queso azul de la carta no se sintió). El único problema es que llegaron junto a unas papas fritas con queso derretido y pedacitos de carne ($4.860) que se suponía era el aperitivo. Mala cosa.
Sumando y restando, el lugar tiene sus gracias, que lo han hecho crecer y ampliarse. Pero para crecer y ampliarse hace falta invertir en personal. Ojalá esta haya sido una excepción.
Irarrázaval 4820, 7611692.