Pese a ser una mezcla entre los desechos orgánicos —líquidos y sólidos— de los animales, el agua utilizada en los procesos de limpieza y restos de alimentos, existe conciencia entre los productores de que la aplicación de los purines en praderas y cultivos puede significar un tremendo aporte en términos nutricionales (estas sustancias suelen ser ricos en nitrógeno, potasio, azufre y magnesio) y económicos (permite bajar los costos en fertilizantes sintéticos).Según Francisco Salazar, director regional e investigador de INIA